martes, 26 de febrero de 2013

MAGIA POTAGIA....

 
 
Hola a todos. El otro día tuve la gran suerte de poder asistir a un espectáculo en vivo y en directo, y encima, de poder verlo con mi hija. Era un espectáculo de magia. Resulta, que una de las bibliotecas municipales a las que acudimos asiduamente con los niños celebraba su decimoquinto o  quince cumpleaños o aniversario. Para tal evento, decidieron contar con la actuación de un gran mago... así por lo menos lo anunciaban. Así, tras la recogida de la niña en el cole, y acompañado por otra amiga y otro amigo de clase, nos fuimos al centro cultural municipal ansiosos por ver un magestuoso espectáculo de prestidigitación... así por lo menos lo anunciaban. Una vez llegados al centro y de ser los primeros y de comprovar que aún estaba cerrada, nos acercamos a un parque próximo para tomar plátanos, sándwiches y algún que otro aporte energético tan necesario para los pequeños infantes. A falta de cinco minutos nos acercamos y como no!!!, el carácter cultural, mágico, cumpleañístico y sobretodo gratuito, hacía que la cola diera la vuelta a la manzana. En la cola y durante la espera los niños emocionados e ilusionados hablaban de magos que desaparecían y aparecían, que volaban, y de conejos que aparecían dentro de chisteras, las espectativas eran enormes, y no era para menos... así por lo menos lo anunciaban. Se abren las puertas y entramos en masa. Los niños en el suelo, al pié del mago y los padres, en sillas detrás de los niños. Previa actuación, apareció el concejal de cultura para la foto, con discurso y todo, bueno, más bien leyó un papel, por lo menos lo intentó, porque oir leer a este personaje, que no daba una, que parecía su primera vez y que apenas sabía interpetar lo escrito, daba una sensación de tranquilidad, si el concejal de cultura tiene este don para la escritura y lectura, podemos relajarnos... estamos en buenas manos (es ironía). Presentó al artista, un joven, pero gran, mago local con un premio internacional de un pueblo lejano de no sé qué país, el concejal no supo leerlo con meridiana claridad. También era el presidente de magos de la ciudad, contando que hay un mago cada cincuenta mil habitantes y mi ciudad apenas somos doscientasmil, pues el presi de cuatro magos, pues no está mal. El joven mago imberbe salió sin capa, ni chistera, ni barita. Después de tres intentos de silencio debió comprender que la noche iba a ser complicada, porque si algo hay claro, es que los niños son un público complicado, muy complicado y exigente. Una vez conseguido el silencio, comenzó con un truco de monedas. En seguida los niños mostraron su más dura y cruel sinceridad, le gritaban dónde tenía las monedas escondidas, le cazaban todos los trucos, hasta tal punto que se le empezaron a caer las monedas al suelo. Los nervios iban en aumento y los niños, ansiosos de ser sorprendidos, pero no engañados, se lo demostraron en el segundo intento. Un truco de aparición, pero no duró mucho la ilusión, nada más comenzar, uno de los pequeños le cazó que llevaba una naranja escondida, fruta que debía aparecer dentro de una hoja, al gritar uno, gritaron todos ¡¡¡¡la naranja, en la otra mano!!!, y claro, el pobre mago estaba que no sabía dónde meterse. Sacó un as de la manga, un buen truco de pizarras e hipnosis, lo intentó con los pequeños, pero ninguno de estos le seguían la corriente y no quedaban en estado de hipnosis, así que se dedicó a los mayores. El truco le salió bién, el mejor de la tarde. Luego intentó uno de cartas, pero los niños no perdonan, las cartas se le caían, no aparecían y los niños se levantaban para descubrirle los trucos. El joven prestidigitador, mago o ilusionista miraba el reloj deseoso de acabar con esto. Hizo desaparecer un billete firmado, no estuvo mal y lo mejor para el mago, se acercaba la hora del final. Último truco, uno de cartas, lo hizo lo más dignamente posible, pero la tarde ya tenía el veredicto definido, un pobre aprobado raspado. En conmemoración del cumple, salió una tarta y en éste momento hizo su mejor truco. Cogiendo un trozo de pastel gritó que lo haría desaparecer, y ni corto ni perezoso, lo destrozó consiguiendo las risas de algún niño y la cara de estupor de la bibliotecaría a sabiendas que le tocaría arreglar tal estropicio. Terminado todo y después del fracaso mágico y tras solo haber recibido el consuelo y felicitación de éste que escribe, osea yo, y preguntándole a mi hija, lo mejor,...... el trozo de pastel, ya se sabe, los niños, niños son. Un abrazo.

20 comentarios:

  1. Los niños es verdad que son un público muy especial, tengo una hija animadora infantil y que en muchas ocasiones hace de maga y de lo que surja para los niños, ella lo disfruta a tope y se divierte muchísimo con ellos, en casa nos hace demostraciones de sus magias y mis nietas pequeñas se quedan encantadas. Mi hija tiene una gran vocación que no sé de donde le ha salido ya que es la única en la familia.......Saludos

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    1. Pues si que es un público coplicado y muy exigente, así que un olé olé por tu hija y que siga con esa vocación por los niños, que falta hace. Un abrazo

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  2. Si que es verdad que los niños dicen todo lo que piensan ya sea bueno o malo y es un público muy exigente. Ya le veo al pobre mago probando su truco con mandarinas a ver si por el tamaño intenta camuflarlo mejor para él próximo espectáculo, jeje, al menos los niños se lo pasaron bien y entretenidos que es lo que importa.¡Un abrazo!

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    1. Tienes razón, lo que pasa es que a lo mejor debería empezar con una uva o una cereza, a ver que pasa. Un abrazo

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  3. No dejes NUNCA de contarnos tus historias, porque con ellas recordamos las nuestras de felicidad con los hijos... y es que han pasado tan pronto que uno cree aveces que "eso" ya no se lleva. Gracias.

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  4. Una tarde entretenida que recordarás con ternura, gracias por compartir esos momentos familiares que hacen esbozar una sonrisa.
    Buenas noches

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    1. Creo que no se me va a olvidar en mucho tiempo, fué un momento divertido para recordar cada vez que vea un mago. Un abrazo

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  5. jajja! Bueno la cuestión es que el mago comió pastel de balde y no se fue con las manos vacias.

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    1. Eso es cierto, al final comió como el que más, es lo que tiene saber hacer desaparecer cosas. Un abrazo

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  6. ¡Qué penita del mago! Igual era su primera vez... Me ha encantado tu entrada.

    Abrazos.

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    1. Gracias Papa Pop, lo triste es que no era su primera vez, pero tal vez, si era su primera vez con un público tan sicero. Un abrazo

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  7. ;D Pobrecito del mago.

    Me ha agradado mucho tu blog. Muchas gracias por visitar el mio.

    Saludos

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    1. Gracias Manuel, serás bienvenido cuando gustes. Un abrazo

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  8. haces muy bien en mostrarnos esa dedicación tuya a que los niños lo pasen bien, es muy importante participar con ellos en estos entretenimientos que tanto enseñan.
    Un abrazo

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    1. Opino igual que tú Icue, es muy importante participar y apoyar a los más pequeños, incluso también disfrutar con lo que disfrutan ellos. Un abrazo

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  9. Si no somos como niños no entraremos en el Reino de los cielos, pero es que ahora saben más de algunas cosas que yo a los 20. Y Gracias por sus comentarios en el blog; buena labor y abrazo

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    1. Sin retorno, algunos adultos son más niños que los niños, y no lo digo por mal de los adultos, es que están ahora más preparados que un catedátrico. un abrazo

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  10. Pobre mago. A mi me pasó algo parecido en la fiesta de cumpleaños de uno de mis sobrinos, donde el "aprendiz de mago"- nunca mejor dicho...-, casi se prende fuego y se quema a lo bonzo con un numerito.

    Besos.

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  11. Eso si que es fuerte!!! casi sale escaldado el pobre mago, el nuestro, como mucho se podría resbalara con la naranja. Un abrazo.

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