Hola a todos. Ya ocurrió hace tiempo, pero el otro día, escuchando la radio, de gente que hablaba sobre este tema, pues me vino a la cabeza esta idea, para esta nueva sección del blog. Consistirá en recordar y contaros, viejas y antiguas "aventuras" de padre novato anteriores al comienzo de esta andanza bloggera. Porque sí, había vida antes del blogg y la habrá después, creo que puede ser interesante escribir por ese pasado viejuno tan reciente. Así que comencemos.
QUITANDO EL CHUPETE
Como os decía el otro día, mientras esperaba para recoger a la niña en el colegio, se hablaba, en un programa radiofónico, sobre este tema y rápidamente mi cabeza se puso a recordar de como fue el quite de chupete de nuestra niña. Quitarles el chupete es toda una ardua tarea, que requiere sacrificio, paciencia, capacidad de insomnio, tapones de oídos, tiempo y mucha mucha picardía. Ese chupete, ese objeto de deseo, calmante enciático, consolador de llantos y rabietas, dormidor de infantes es un objeto vital para todo pequeño y arrancárselo de su boca puede ser un auténtico drama familiar. En nuestro caso, tampoco iba a ser menos. La niña no podía dormir sin en el ansiado trozo de goma con arandela. El comienzo debía empezar por la eliminación de cada uno de estos objetos de las cercanías de la pequeña, y en nuestro caso no fue fácil. En cada cajón de la casa, en las alacenas de la cocina, debajo y encima de los sofás, en el baño, por toda la habitación de los pequeños y de los no pequeños, en la casa de los abuelos, en el coche, en el otro coche, en todos los abrigos y nada que decir, de bolsos y bolsas de mi mujer. Una vez eliminado toda muestra chupetil del hogar dejamos uno, solo uno, de la mano de la pequeña. Lo intentamos de todas las formas, quitárselo sin más, lloros, lloros y más lloros, no funcionaba y no funcionó. Intentar convencerla con el diálogo, pero la niña no daba su brazo a torcer. Esconderlo por la habitación.... demasiada lista, siempre aparecía con el puesto.... Así que, optamos por la imaginación y el robo, así de claro, planeamos un auténtico robo, un robo nocturno, de plan infalible, sin violencia ni traumas, un plan perfecto. El objeto a robar lo sabíamos, el modo también, el día y la hora estaba claros, solo nos faltaba el ladrón, tenía que ser sigiloso, bondadoso y creíble, y eso lo encontramos mirando al cielo. Una noche, chupete en boca, la niña se quedó dormida, pero dormida profunda, tan intenso era su sueño que se le cayó el chupete ( cosa que ocurría todos los días). Así que, cuando se despertó y no encontró el chupete comenzó su momento inquietante de dónde estaba su "tete". El robo se había ejecutado, ahora queda darle la explicación y que lo aceptase de la mejor manera. "Pequeña, el tete se lo llevó un pájaro a su casa, para un pajarito bebé, que no dormía, entró por la ventana y se lo llevó". A la niña no le gustaba mucho la idea de un pájaro bebe estuviese con su tete, pero lo aceptó. Estuvo muchos días mirando por la ventana a ver si volvía el pájaro con su chupete, y cada vez que veía uno por la ventana o en el parque, o por la calle, preguntaba si "e pajaito teia mi tete". Pero poco a poco la cosa fue pasando y asumiendo el ladrocinio chupetero avícola y no le quedó otra que dar por perdido a su inseparable compañero de noches. Y lo asumió de tal manera, que no volvió a llorar por el preciado objeto. No sé si porque no lo necesitaba, no lo echaba de menos o porque creía que su chupete estaba ayudando a dormir a un bebe pajarito, eso si, por las noches se la podía ver mirando por la ventana a ver si volvía el alado usurpador con un presente para ella. Lo que pasa, es que a veces se puede volver las historias en contra de uno, y a partir de ahí cuando algo se rompía, desaparecia, el colchón se mojaba.... siempre era la misma causa.... "un pajaito que entró po la entana y lo ompió, lo comió" o simplemente entró en su habitación por la noche para hacerse pis en su cama". Si ella con su preciado objeto ayudó a un pequeño pájaro...¿por qué no le podía devolver el favor?, pensaría ella... Un abrazo.
En mi caso, tengo dos hijas y muy diferentes. Mientras que con la mayor fue 'sencillo', porque el chupete se perdio realmente, se lo dijimos, lo asumío y tan contentos todos. Con la segunda intentamos la misma táctica involuntaria que tan bien funcionó anteriormente, pero nada de nada. Costó Dios y ayuda para que se fuera olvidando del tema y fue muy poco a poco...
ResponderEliminarSi es que cada niño es un mundo, lo que para uno va genial...para el otro un desastre. Un abrazo
EliminarMuy tierna tu historia. ¿Qué has hecho con él? mi madre me lo guardó y allí anda en la caja de los recuerdos después de varias décadas....jeeej!
ResponderEliminarSaludos
Creo que tenemos unos pocos guardados, creo que unos 20 jajajaja, así que cuando crezcan, habrá para todos. Un abrazo
EliminarYo creo que todos nos hemos tenido que enfrentar a "eso", y cada uno, lo solucionó de distinta forma y a distintas edades. Al final, creo que es un proceso natural que es el propio niño-a quien decide dejarlo con diferente escusa. Un saludo
ResponderEliminarBueno amigo Eugenio, tanto como voluntario, lo único que hacemos es inculcarle la mejor forma de hacerlo, vamos que buscamos la forma menos traumática para quitarle el chupete a nuestros pequeños. Un abrazo amigo mio.
EliminarEnfrentarse a ese momento es duro cuando ves a tu hijo con un mono que no se tiene....lo pasamos mal pero al final triunfò la sensatez.
ResponderEliminarun abrazo
fus
No hay otro camino, tiene que ser y tiene que ser, a veces es más duro que otros, pero hay que hacerlo. Gracias por tu comentario Fus
EliminarUna historia muy entrañable de verdad que me ha gustado mucho, la inocencia de los niños me cautiva. Mis niñas nunca quisieron chupete así que no tuve ese problema pero una de ellas se chupaba el dedo gordo de la mano derecha hasta bien mayor y mi estrategia consistió en dejarla, o sea que me rendí y esa rendición fué la que me ayudó a que la niña ya con casi 8 años dejara voluntariamente de chuparse ese dedo que tanto le gustaba.Saludos
ResponderEliminarPues que suerte que nunca hayan necesitado chupe, a pesar de ese dedín chupeteado. Muy bueno amiga Charo. Un abrazo
EliminarSon lindas historias estas. Yo aún recuerdo cuando dejé mi amado chupete. Parece que lo veo sobre el mueble de mi pieza al lado de la vela pues en el campo entonces no había electricidad.
ResponderEliminarSaludos
Que bonito recuerdo, yo también me acuerdo de mi chupete. Un abrazo
EliminarUn Relato de las vivencias de la Pequeña de la Casa muy
ResponderEliminarbonito e instructivo,,para que los nuevos Papás tomen nota.
Seguiremos pendientes de los momentos inolvidables de la crianza de nuestros hijos. Aunque los mios ya tienen sus historias, con los suyos que son mis nietos.
Saludos, manolo
Muchas gracias Manolo, por tu visita y por tu comentario, imagino que ya no es lo mismo vivir las historias como padres que como abuelos. UN abrazo
EliminarJuasssssssss, hay que cargarse al pajarito, !pero ya!
ResponderEliminarDentro de unos años, aún puede sernos útil. un abrazo
EliminarPara algunos bebes puede ser un trauma la retirada del chupete, pueden ser unos cuantos días malos para el y para sus padres.
ResponderEliminarSaludos.
H.Fraile, unos cuantos días suena a poco, dejémoslo en semanas. Gracias por tu comentario. Un abrazo
EliminarEs la primera vez que te visito y me ha encantado tu relato. Verdaderamente loss nios lo pasan mal sin su querido chupe y normalmente les cuesta tanto a los padres como a los hijos dar ese primer paso.Saludos. Guille.
ResponderEliminarHola Guille, bienvenido a mi blog, tu blog. Gracias por tu comentario y sí, creo que los padres lo pasan peor que los pequeños. Un abrazo
EliminarPRIMERA VEZ EN TU BLOG! :)
ResponderEliminarMe encanto tu relato, todo el esfuerzo que se tiene que hacer para una simple causa, que aunque simple, para algunos complicada, como en este caso...
Precioso!!
un abrazo enorme!
Y desde hoy.. te sigo!
.-VANE-.
Gracias Vane, por tu visita y por tu seguimiento. Parece simple, perooooo, no te creas, a veces es mas difícil de lo que parece. Un abrazo
EliminarPor eso hemos pasado todos:))Para los míos fue muy rápido,lo usaron poco... se puso muy feo y lo tiramos sin más.
ResponderEliminarBonito relato me has hecho retroceder treina y tantos años:))
Un beso.
Gracias Laura M, para nosotros, una vez el hurto del pájaro, fue todo coser y cantar. Un abrazo
Eliminar¡Qué inocencia con lo del pajarito! y luego qué lista cuando le viene bien, jeje...lo del chupete, qué tendrá que les calma tanto!!! Bonito relato, muy tierno! Un abrazo!
ResponderEliminarJaja, desde luego, cómo son los niños, que se creen cualquier cosa, y me encanta el final.
ResponderEliminar