Hola a todos. Aprovechando el buen tiempo y las enormes ganas que uno puede tener de hacer lo que hoy hicimos, y siempre, bajo el incesante aliento de ánimo de mi querida y preciosa esposa. Después de dejar a la niña en el cole y una vez aterrizados en casa, nos pusimos a la limpieza general de la habitación de los niños. El museo de los juguetes. Los tenemos de todos los tamaños y colores, nuevos y menos nuevos, perfectamente conservados y "desgastados por el uso", limios y que manchan, con música y sin música, con sonidos estridentes y con melodías menos estridentes, educativos y menos educativos, libros de papel, de goma espuma, impermeables y de espumilla. Peluches y peluchas, muñecos y muñecas, hay de todo, coches, motos, autobuses, camiones de transporte y de bomberos, aviones, tigres leones y demás fauna doméstica y salvaje. Meterse a tal menester puede parecer fácil, pero está lleno de grandes peligros y de enormes sorpresas. Los peligros son claros, a los clásicos de poderte provocar una luxación lumbar por agachamiento, una afonía tratando de explicarle al pequeño que tiene que recoger, un resbalón fortuito, atrapamiento de dedos en zonas de complicado acceso, le sumamos el tan temido pisotón a juguete punzante, que siempre está ahí, agazapado, esperando por un pié confiado, para hacerte ver las estrellas. También tenemos las sorpresas de cosas que aparecen y que no sabes que diantres hacen ahí, restos de gominolas que creías ya digeridas por alguno de tus pequeños, pequeños trozos de galletas, que a hurtadillas fueron llevados sin consentimiento a los aposentos infantiles. Juguetes que creías olvidados, que no estaban, que se había esfumado, pues ahí están. Y como el pequeño anda por ahí, para él, es el juego de la búsqueda del tesoro, juguete que reaparece, colocas, él va, te lo coge y vuelta a empezar. A veces parece increíble lo que coge en un cuarto de este tamaño. Entre recogidas y barridas, rascazos de mesas pintadas, orden de ropas y armarios, recuperación y reparación de juguetes, pues uno que le va subiendo un poco la temperatura y tensión corporal. Claro estar recomponiendo un juguete, mientras ya está en aumento la lista de espera de reparaciones, con la presión del pequeño que no entiende que la cara que tiene su Papá es de que no puedo, cuando parece que lo tienes montado, va... y se escojoncia otra vez..... una calentura te sube por los piés y tratas de aguantar, por el niño claro, pero hay veces en que no aguantas y ... y ... y me lo hice en la mar serena. Claro, el niño se quedó asustado, imaginando como su padre podría hacer tal menester en la playa donde a él le gusta jugar en la arena, pero no era por eso, su cara pasó a la de cabreo, empezó a llamar a su madre (para lo que coloquialmente llamamos chotearse de todo), pero su cara era extraña, hasta que nos dimos cuenta: "Mama...Papá ha dicho que es una sirena..." "...y no puede ser porque es un chico"... ahí estaba el problema, el niño se creía que me había convertido en sirena, y eso no podía ser, no soy chica. Mi mujer que había oído con nitidez mi exabrupto digestivo en los reinos de Neptuno, no pudo hacer otra cosa si no que reírse, al mismo tiempo que yo, que había pasado de un cabreo con un juguete que no era capaz de montar, a, por obra y gracia del pequeño hijo mío, en una sirenita de mar, no se si con cola y escamas, pero sí con barba de 3 días... o más. Si es que no hay nada como un filtro de niño, para convertir las cosas malas en inocentes. Un abrazo.
JAJA, si es que los niños nos oyen hablar y hay expresiones o dichos que tienen que alucinar con nosotros, desde luego tienen unas cosas que te hacen reír, y ame dirás lo que te dura la habitación ordenada. Un abrazo!!!
ResponderEliminarBuenisima entrada amigo.Me has hecho recordar a los mios de niños y hoy entre 16 y33 , loa cuatro son varones...
ResponderEliminarBendita inocencia infantil. Valga que te imaginen medio pescado pelirrojo si así te disculpan.
ResponderEliminarAy, aquellos tiempos en que recogíamos los juguetes en cubos vacíos de detergente para la lavadora !!!
ResponderEliminarHas estado de lo más entretenido, igual me ha pasado a mí que me ha pedido ayuda una de mis hijas para hacer algo parecido a lo tuyo pero con los libros,carpetas ,carpetitas, trabajos,trabajitos,libretas, recuerdos y demás asuntos desde que empezó la escuela hasta que terminó la universidad y los trabajos, bocetos,lienzos, esculturas y demás inventos eran todos de bellas artes y todo estaba guardado en un trastero que tenemos que desocupar........no veas todo lo que se ha tirado,era un trabajo que se tenía que hacer y por fin se ha hecho. Ahora me toca con la otra hacer lo mismo pero ya será en Junio....no veas las ganas que tengo de terminar.
ResponderEliminarTambién se me ha "escapao" algún que otro "palabro" pero mi hija ya es mayor y ya no tiene la inocencia de tu hijo y lo que suelto lo escucha tal cual. Me divierto mucho leyendo tus comentarios ya que trás esa realidad de los hechos va una buena dosis de humor y eso me encanta.Saludos "sirenita" con barba de tres días y procura que Neptuno no te pille haciendo esa labor digestiva en sus reinos marítimos:-)
Jaja, toda una aventura la familia.
ResponderEliminarLa inocencia de los niños es encantadora.
ResponderEliminarBonita entrada.
Un abrazo.
La inocencia... dónde la dejamos?
ResponderEliminar¡Te lo debes pasar en grande!
Muchas gracias por tus idas y venidas, por tus comentarios, este último, muy acertado.
Un saludo.
esa es la verdadera inocencia, la que es totalmente sincera. Me ha encantado tu entrada. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarDentro de nada recordaras estas tareas, y las echarás de menos... Cuanto ha que hacía yo lo mismo:)) mis niños 37 y 33, espero que me hagan abuela para volver a recoger juguetes:))
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un beso.
Simpática tu entrada, y si , recoger los juguetes se puede convertir en un dolor de riñones tremendo . Un abrazo
ResponderEliminarDisfruta de esos momentos.
ResponderEliminarSon maravillosos.
Saludos.
Los que hemos tenido niños pequeños entendemos perfectamente tu entrada, muebles y habitaciones con juguetes muchas veces desordenados y cuando los peques se van haciendo mayores se acaparan en los trasteros, eso si, con los años siempre queda algún juguete sano para los nietos.
ResponderEliminarUn saludo.