SALUDOS PLAYEROS

Hola a todos. La verdad es que llevaba bastante tiempo sin pasar por el blog y por vuestros blogs, y en este tiempo, aunque corto, han pasado muchas cosas. Nuestros pequeños pipiolos se han convertido en pequeños seres acuaterrícolas y han perdido por completo el miedo a las zambullidas y a las olas del mar. Hemos aprovechado estos intensos días de solete y calorcete para visitar los arenales y piscinas de la zona con sus correspondientes masas acuíferas, ya sea versión salada o versión dulce. Los principios siempre son difíciles, pero con un poco de ayuda, de ánimo y de empuje los niños pasaron del extremo, ahí no me meto yo, al si me sacas serás el papá más malo del mundo. El hecho de que se hayan convertido en pequeños adictos al baño al aire libre, nos convierte automáticamente a sus padres en auténticos vigilantes de la playa, cual Mitch Bucanan y Pamela Andersson, pero en guapos, claro. Las apacibles tardes bajo el sol turnándose madre y padre para el baño y para ver quien se queda con los niños bajo la sombrilla y sobre la toalla, se han convertido en una continua vigilancia para el control de que nadie se meta bajo el agua sin la supervisión de un adulto capacitado. Pero claro, todo esto se compensa con los baños en la orilla con los pequeños y futuros olímpicos. Las risas a pocos centímetros de agua, baño tobillero, le llamo yo, es un nuevo aliciente para ir cada día en el que el Sr. Lorenzo lo permita, acercarnos a las costas nuestras, tan superpobladas de vacacioneros turistas, conchas dispuestas a destrozarte las plantas de los pieses, algas que se te introducen en cualquier parte del cuerpo.... y digo cualquier parte, medusas con ganas de dejarte el cuerpo como una paella, bocadillos de tortilla cargaditos de arenilla, sombrillas voladoras dispuestas a dejarte sin ojos, jóvenes hipermusculados pegando balonazos en el intento de lucimiento de palmito delante de las jóvenes zagalas, avispas, abejas y abejorros, entre otros insectos y parásitos, subidas de mareas que te hacen correr con todos los útiles arena arriba, sin olvidarnos de la basura escondida bajo la arena, esa que tus niños siempre encuentran en la fase de cimentación de sus castillos de arena, posibles insolaciones y quemaduras , buscar dónde aparcar, encontrar donde aparcar, aparcar, y conseguirlo grátis, la marea de vendedores ambulantes ofreciéndote todo tipo de artículos, bebibles, comestibles, ornamentales, peinados y masajes chinos, la arena en los pies, manos, orejas, bolsillos, que por mucho que limpies siempre acaban en el suelo y asientos del coche y en la entrada de casa, bañistas que chapotean el agua helada, justo en el momento de entrada en la misma con intento de aclimatación nucal mediante mojaduras manuales, niños, no los tuyos claro, que corren echándote toneladas de arena sobre la cara, encontrar el objeto perdido del día, ya sea una chancla, un collar, una pulsera, un cubo, una pala...., el típico hombre de color marrón con las noticias en su radio a todo trapo, la señora que grita a sus hijos porque las dos horas post bocadillo aún no han pasado, las últimamente tan vistas supermega construcciones anti rayos de sol, con el que muchos intentan evitar cualquier rayo ultravioleta y de los otros tipos de rayos, que en muchos casos incumplen la ley de costas de construcción, jugadores de palas y fútbol tennis que marcan sus campos en la arena y que si pasas por ahí te miran mal...... a pesar de todo esto y una vez superado el traslado y anclado de todos los útiles de playa, una vez te has ubicado, proceso que necesita por lo menos de dos intentos, cuando no son tres, una vez conseguido, si el sol lo permite, las mareas también, el viento no asoma, siempre se puede disfrutar de un gran día en la playa y en familia, que es lo más importante, y lo que hemos hecho en estos días de ausencia. Y como es bien sabido, un la playa cansa y cansa mucho, y con niños más, así que, en este día que el tiempo no permite la visita a los arenales, os mando un descansado saludo y esperando, que pronto vengan otros días de solete, porque los niños en casa, aunque estén a salvo de peligros, son más agotadores. Ya os contaré más. Un abrazo.