COMIENZA.... LA MISIÓN.... ALGODONCITO DE AZÚCAR

Hola a todos. Como lo prometido es deuda, y lo prometido, escrito está, pues toca hacer, lo que toca hacer. Como ya lo comenté, por lo menos quince post antes, vamos a meternos de lleno en la operación algodoncito de azúcar. Ni la de biquini, ni la de salida ni la operación de juanetes, la del algodoncito de azúcar. ¿En que consiste?, pues en algo muy sencillo, a priori, para el común de los mortales, pero tratándose de quién se trata el jefe de operaciones (osea, yo), lo sencillo se vuelve casi siempre, en complicado y caótico. Pues lo que os contaba. Consiste en transformar lo que en su dia nació como una habitación blanco ártico, de doble capa, auto limpiante y anti ácaros, sin olores, especial para niños, aséptica, antigoteos, con capacidad hipnótica sugestionante para adormilar a los pequeños en sus noches y siestas complicadas, por una habitación color rosa algodón de azúcar monocapa, de oferta en el Corte Inglés, también antigoteo y sin olores. Como el resto de cualidades de la primera pintura no dieron frutos, decidimos por escoger lo que más le podía gustar a la niña. Rosa chicle, ese rosa rosa, ese rosa que hace irritar los ojos a cualquier macho-machote, pero que le vamos a hacer, la niña quiere rosa, la madre quiere rosa, y el padre quiere blanc... rosa, perdón. Pero claro, la habitación ya no posee el color cegador del blanco polar. Por sus paredes han pasado los descendientes de los hombres de Altamira y del antiguo Egipto y han dejado señales para la posteridad de su evolución. Desde los primeros soles, a las primeras letras que aprendió, tenemos un auto retrato e incluso un dibujo de la familia en su día, incluyendo a madre empujando a niña pequeña en carrito, flores, números, más letras, e incluso una caricatura de lo que en su día, suponemos, el padre de familia. Así, lo que en su día, no hizo el hommo altamirus con sus poyuelos, este hommo quesealoqueDiosquierus lo va a intentar. El miércoles comenzamos, mi padre se hará cargo de los pequeños. Nuestros primeros tres días sin pequeños en casa, los disfrutaremos con una velada de pinturas y reparaciones. Y como lo primero es lo primero, pues como no, antes de nada, nos han llegado los muebles de la habitación, así que en éste momento estoy ojo avizor, para que no se me venga esa caja encima del cogote, estoy rodeado de paquetes y maderas que esperan ser el remate final de la obra faraónica que estamos dispuestos a emprender. Y siempre desde un punto de vista positivo, puesto que hoy me levanté, no con la  idea de comprobar si funcionaba el telefonillo, si no con la idea de comprobar que no funcionaba... acerté, mi primera victoria, consecuencia.. hacer guardia a la intemperie, bueno al sol, por los muebles en la calle, solo espero, que este sea el mayor de mis problemas.... pero no lo creo, no lo creo. Ya os iré contando. Un abrazo.