UNA MAÑANA EN EL MUSEO.... O NO

Hola a todos. Este finde pasado, fue uno de esos bien aprovechados. Tuvimos de todo. Celebramos el día de la Inmaculada en familia, con misa, y a la salida, seguimos con unos buenos churros, acompañados con sus correspondientes tazones de chocolate. Hago un inciso, no solamente es que los susodichos churros estaban muy buenos, no solo que el chocolate estaba aún mejor, si no que conseguimos la increíble faena de mantener, jerseys, pantalones, camisas y demás sin ningún lamparón del tan dulce líquido achocolatado.... ahí es nada!!! Por la mañana, nos cogimos a los pequeños, y nos fuimos de paseo, y mientras los adultos, nos tomamos una consumición líquida de muy baja graduación, acompañadas por una tapita a cuenta de la casa, los pequeños retoños leían y escribían en la mesa con sus lápices y con sus libros. La mañana era agradable, el sol lucía por la ventana, y el calorcito del local, hacía más entrañable la vista del frío que hacía fuera. Todo iba sobre ruedas, nada lo podía estropear. Aunque los padres de hijos pequeños, estamos siempre pendientes de los imprevisibles cambios que un niño puede provocar en cuestiones de milésimas, parecía que todo estaba bajo un control, con una calma absoluta. La niña pintaba y el niño  narraba los colores de las motos que había en una lámina enmarcada. Entonces llegó mi hija, despacito, sin hacer mucho ruido, por detrás y me dijo...toma!!... y yo y yo y yo yo....¡¡¡que me la como!!!, ni Velázquez, ni Sorolla, ni Van Gogh, ni Monnet, ni Pcasso ni ni ni nada de nada. Mi hija me acaba de dar esto:

 Claro, cuando este pobre padre se vio con semejante cuadro a mano alzado y en carbonilla, en una servilleta de papel, pues como que se le caían las lágrimas, con el miedo de poder perder la obra de arte por culpa de un líquido que fluía a mares de las comisuras de sus labios. Una vez recuperado el aliento, y con la emoción lo pensé. Es digna de un museo, pero claro, cuadros hay muchos, pero muchas más imitaciones, así que, par que sea único en el mundo, me lo guardo para mí...¡¡¡a la cartera!!!, y a cuidarlo, porque quién sabe lo que puede valer dentro de unos años, bueno, no creo que valga nunca, lo que para mi vale y valió ese día. Ni lienzo, ni marco suntuoso, ni sala de exposiciones, y ni siquiera una firma, parece nada pero para este que escribe, es la mejor obra de arte que he visto..... por lo menos hasta ahora, porque la niña y el niño, no dejan de pintar. Un abrazo.