VOLVIENDO A LA ¿RUTINA?

 

Hola a todos. Llevo unos días un tanto liado. Los niños ya están bién, siguen tomando de vez en cuando su medicina, pero están ya en perfecto estado para el juego. La verdad, es que parece que, después de unos días de enfermedad, en los que están más apagadicos, más tranquilos, una vez pasado, deben recuperar el tiempo perdido. Todo el tiempo que estuvieron sin "montarla" requiere una etapa de ajuste, todo lo que no jugaron, lo juegan, lo que no saltaron, lo saltan, lo que no gritaron, lo gritan,lo que no rompieron, lo rompen... y así, de esta forma, se vuelve a  cerrar el círculo vital que en su día, un retrovirus malnacido lo rompió, incrementando la dósis de: estate quieto!, no grites!!, no saltes ahí!!, ¡¿pero qué has hecho?!, eso no se come!!, siéntate!!... Acabo de colocar una estantería en la habitación de los niños, y el pequeño me está preguntando cada cinco minutos si es una escalera, yo le digo que nooo es una estantería... ¿una edscalera papá?, asique ya sé como va a acabar esto.Pero bueno, lo importante es que están ya sanotes y da gusto oir de nuevo esas risas por la casa. Lo que pasa, es que como os dije, ando de obras en casa. El virus no sólo afectó a los niños, si no que provocó la muerte de mi termo de agua caliente, porque ya la autopsia, realizada por un servidor, confirman la causa de la muerte, perforación acuosa, con mojadura de lo eléctrico y con la cosiguiente saltada de plomos. Como soy un poco cabezón decidí montar el nuevo yo mismo asique, la cosa tendrá que ir con calma. Para empezar, había que vaciar el viejo. Ésta operación suele llevar un par de horas, a mi, un día y pico, pero las cosas hay que hacerlas con calma, para que salgan bien, eso pienso yo, aunque no sé yo mi mujer. Asique solo me queda desmontar, quitar manguitos, taladrar, colgar el nuevo, conectar manguitos y abrir agua y ...a ver que pasa.  Por eso, si en dos días no os cuento nada, o estoy celebrando que salió bien, o estoy achicando el agua de mi cocina que ya me llega a los tobillos. Esperemos que no llegue... el agua al río, mi agua claro, yo, por si acaso, ya me compré la canoa y los flotadores para los niños, que nunca se sabe. Un abrazo.