Hola a todos. Voy a contaros un suceso que me ocurrió por mis tiempos mozos. Resulta que un grupo de amigos decidimos pegarnos el viaje de nuestras vidas. Hay muchas formas de hacerlo, vuelo en avión en clase bussines, país tropical de playas y chiringuitos, hoteles de cinco estrellas supra, con todo incluido. Restaurantes de lujo con comidas variadas típicas de la zona, bebidas con sombrita, climas veraniegos... ayyy, pero no, nosotros decidimos cambiar el vuelo en avión, por ir cinco personas bien apretaditas en un coche, el hotel cinco estrellas por dos tiendas de campaña, que acabaron convirtiéndose en una, ya que por pereza, algunos optamos por no montarla y dormir en el coche. Las comidas lugareñas de lujo, las trocamos por comidas campestres con nuestro propio camping gas, nuestras cazuelas, nuestro propio saco de patatas, nuestro aceitito de oliva y girasol del DIA, hasta nos apropiamos de una cortadora de fiambre manual, muy diverida por cierto, la dichosa maquinita. Solo hacían falta tres hombres musculados para usarla, uno para aguantar el embutido en cuestión, otro para darle a la manivela y un tercero para sujetar el aparato a la superficie, ya fuese una piedra, un trozo de madera, en el suelo, o sobre el propio coche. Coche, por cierto, que si pasaba más de 110 consumía como el Talgo Coruña-Madrid, así que, las limitaciones de velocidad no eran por ley, si no por necesidad, y claro, cuando no se trata de cien kilómetros, ni de doscientos, si no de más de cinco mil...pues imaginaros. Pues ahí estábamos nosotros, con un coche con sobrepeso, del cual no podíamos tirar lastre, encajonados como sardinas, decidimos poner ruta desde Coruña, hasta Roma. Un viaje de ida y vuelta, 25 días de vacaciones, con sus 25 noches, 75 comidas y un solo objetivo, disfrutar de la ruta. Por motivos de logística meter las maletas fue cosa imposible, así que decidimos comprarnos un arcón, de esos, que van sobre el capó del coche y vaciar nuestras pertenencias, sin orden alguno. Cada vez que parábamos en gasolineras o lugares de descanso, el encargado de la ropa, subía y abría el arcón e iba repartiendo ropa cual mercadillo..."calzoncillos, tenemos estos calzoncillos!!!!.... dame una de calcetines, por favor... aquí tengo unos bien desemparejados!!, con el consiguiente espectáculo gratuito que fuimos dando por todas las ciudades y pueblos en los que hacíamos parada. Pero todo tiene sus pros y sus contras. Poder visitar ciudades por las noches, como Pisa, incluso comer a los pies de la torre, sin más gente que nosotros mismos es un lujazo. No teníamos ataduras de horarios ni hoteles, de rutas. No os creáis, ducharos en una estación de servicio tiene su encanto, bueno, más bien poco, en verdad, ninguno. Pero lo pasamos bien, muy bien, increíblemente bien. Nos perdimos montones de veces, pero siempre nos acabamos encontrando con el destino correcto. El encargado de las cuentas, llevaba a rajatabla todos los gastos, por lo que ni un lujo nos permitíamos, de hecho, conseguimos acabar todo el viaje con reparto de bote, ya que no nos lo gastamos todo. Pero hubo un día en el que quisimos hacer un gasto extraordinario. El día anterior habíamos pasado noche en Pisa. El encargado de la ruta (yo) hizo indicaciones del camino a seguir, y cuando llevábamos unos 200 km de la ciudad de la torre, llegamos a un cruce, a la izquierda nuestro destino....bien!! y a la derecha Pisa, con su indicativo de 14km......¡¡¡habíamos hecho 200km para recorrer 14!!.... después de las pertinentes bromas al rutista (yo) decidimos no arriesgar más. Creo recordar que fue en Génova, donde decidimos hacer tal exceso económico. Queríamos salir de la ciudad, pero esta vez, íbamos a coger autopista. Estábamos allí, en un peaje de cuatro carriles salida, y otros cuatro entrada. Grandes colas para salir. Pero nosotros, que nos creímos los más listos, veíamos un carril, a la derecha de todo, donde camiones y turismos pasaban sin detenerse, a toda pastilla, así que pensamos, ese será gratuito, ese es el nuestro. Claro, grandes colas de ingenuos italianos y nadie se había enterado que uno es gratis, y nosotros que éramos los más listos de la comarca, allí que nos metemos.... pero la valla nunca se levantó. Nos quedamos allí atrapados, sin poder ir hacia delante ni hacia atrás, puesto que ya se había formado tal atasco a nuestra cola, camioneros y turistas mostraban su cabreo con nosotros, en forma de gestos y probablemente acordándose de la madre que nos había parido al grupo de españoles. Pues nada, marcha atrás, nosotros y todos los de detrás, caras coloradas, cada uno que pasaba nos mandaba una buena dedicatoria. Ya no nos quedaban ganas de coger más autopistas... solución... la peor posible. Coger nuestro coche, velocidad tortuga y cruzar todos los carriles salida y volver a entrar en Génova dirección entrada. Al final salió bién, el viaje y la jugada de pilotos camicaces. Resulta, que después, analizándolo todo, nos enteramos que era una de eses carriles de telepago. Coges un aparatito y te olvidas de parar en todos los peajes.Nos pareció una tecnología impresionante, en España, y menos en Galicia, teníamos de eso en aquel momento. ¿por qué os cuento esto?... Porque el otro día tuve que ir a Vigo, el día de las grandes inundaciones en la ciudad, hubo muchos cortes, accidentes, árboles caídos, atascos etc etc... Tuve que coger la autopista, cuatro peajes, con sus cuatro colas de pago, bajo la lluvia y yo con el justito tiempo de llegar al médico, así que, lo he decidido, voy a hacerme con una de esos dispositivos de telepeaje.De momento he encontrado este aparato llamado MediolanumViaT tiene muy buena pinta, y debo hacerme con una de estas ya!!, porque nunca se sabe cuando te va a hacer falta. Es un dispositivo que pones en la luna del coche y a tirar millas. Me va a ser muy útil. No se si vosotros tenéis este aparato Mediolanum ViaT, si lo tenéis, u otro me contáis que tal os va con el. Porque aunque hoy por hoy, el estilo de viaje ha cambiado, quien sabe, a lo mejor, dentro de unos años, me veo en una situación parecida, esta vez, con mi mujer y mis hijos, y ya se sabe, para los hijos, papá es el más fuerte y el más listo, incluso, capaz de hacer magia y abrir las vallas desde la distancia.... ya me diréis. Un abrazo
miércoles, 29 de octubre de 2014
ATENCIÓN PEAJE!!!!!!
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Hola a todos. Voy a contaros un suceso que me ocurrió por mis tiempos mozos. Resulta que un grupo de amigos decidimos pegarnos el viaje de nuestras vidas. Hay muchas formas de hacerlo, vuelo en avión en clase bussines, país tropical de playas y chiringuitos, hoteles de cinco estrellas supra, con todo incluido. Restaurantes de lujo con comidas variadas típicas de la zona, bebidas con sombrita, climas veraniegos... ayyy, pero no, nosotros decidimos cambiar el vuelo en avión, por ir cinco personas bien apretaditas en un coche, el hotel cinco estrellas por dos tiendas de campaña, que acabaron convirtiéndose en una, ya que por pereza, algunos optamos por no montarla y dormir en el coche. Las comidas lugareñas de lujo, las trocamos por comidas campestres con nuestro propio camping gas, nuestras cazuelas, nuestro propio saco de patatas, nuestro aceitito de oliva y girasol del DIA, hasta nos apropiamos de una cortadora de fiambre manual, muy diverida por cierto, la dichosa maquinita. Solo hacían falta tres hombres musculados para usarla, uno para aguantar el embutido en cuestión, otro para darle a la manivela y un tercero para sujetar el aparato a la superficie, ya fuese una piedra, un trozo de madera, en el suelo, o sobre el propio coche. Coche, por cierto, que si pasaba más de 110 consumía como el Talgo Coruña-Madrid, así que, las limitaciones de velocidad no eran por ley, si no por necesidad, y claro, cuando no se trata de cien kilómetros, ni de doscientos, si no de más de cinco mil...pues imaginaros. Pues ahí estábamos nosotros, con un coche con sobrepeso, del cual no podíamos tirar lastre, encajonados como sardinas, decidimos poner ruta desde Coruña, hasta Roma. Un viaje de ida y vuelta, 25 días de vacaciones, con sus 25 noches, 75 comidas y un solo objetivo, disfrutar de la ruta. Por motivos de logística meter las maletas fue cosa imposible, así que decidimos comprarnos un arcón, de esos, que van sobre el capó del coche y vaciar nuestras pertenencias, sin orden alguno. Cada vez que parábamos en gasolineras o lugares de descanso, el encargado de la ropa, subía y abría el arcón e iba repartiendo ropa cual mercadillo..."calzoncillos, tenemos estos calzoncillos!!!!.... dame una de calcetines, por favor... aquí tengo unos bien desemparejados!!, con el consiguiente espectáculo gratuito que fuimos dando por todas las ciudades y pueblos en los que hacíamos parada. Pero todo tiene sus pros y sus contras. Poder visitar ciudades por las noches, como Pisa, incluso comer a los pies de la torre, sin más gente que nosotros mismos es un lujazo. No teníamos ataduras de horarios ni hoteles, de rutas. No os creáis, ducharos en una estación de servicio tiene su encanto, bueno, más bien poco, en verdad, ninguno. Pero lo pasamos bien, muy bien, increíblemente bien. Nos perdimos montones de veces, pero siempre nos acabamos encontrando con el destino correcto. El encargado de las cuentas, llevaba a rajatabla todos los gastos, por lo que ni un lujo nos permitíamos, de hecho, conseguimos acabar todo el viaje con reparto de bote, ya que no nos lo gastamos todo. Pero hubo un día en el que quisimos hacer un gasto extraordinario. El día anterior habíamos pasado noche en Pisa. El encargado de la ruta (yo) hizo indicaciones del camino a seguir, y cuando llevábamos unos 200 km de la ciudad de la torre, llegamos a un cruce, a la izquierda nuestro destino....bien!! y a la derecha Pisa, con su indicativo de 14km......¡¡¡habíamos hecho 200km para recorrer 14!!.... después de las pertinentes bromas al rutista (yo) decidimos no arriesgar más. Creo recordar que fue en Génova, donde decidimos hacer tal exceso económico. Queríamos salir de la ciudad, pero esta vez, íbamos a coger autopista. Estábamos allí, en un peaje de cuatro carriles salida, y otros cuatro entrada. Grandes colas para salir. Pero nosotros, que nos creímos los más listos, veíamos un carril, a la derecha de todo, donde camiones y turismos pasaban sin detenerse, a toda pastilla, así que pensamos, ese será gratuito, ese es el nuestro. Claro, grandes colas de ingenuos italianos y nadie se había enterado que uno es gratis, y nosotros que éramos los más listos de la comarca, allí que nos metemos.... pero la valla nunca se levantó. Nos quedamos allí atrapados, sin poder ir hacia delante ni hacia atrás, puesto que ya se había formado tal atasco a nuestra cola, camioneros y turistas mostraban su cabreo con nosotros, en forma de gestos y probablemente acordándose de la madre que nos había parido al grupo de españoles. Pues nada, marcha atrás, nosotros y todos los de detrás, caras coloradas, cada uno que pasaba nos mandaba una buena dedicatoria. Ya no nos quedaban ganas de coger más autopistas... solución... la peor posible. Coger nuestro coche, velocidad tortuga y cruzar todos los carriles salida y volver a entrar en Génova dirección entrada. Al final salió bién, el viaje y la jugada de pilotos camicaces. Resulta, que después, analizándolo todo, nos enteramos que era una de eses carriles de telepago. Coges un aparatito y te olvidas de parar en todos los peajes.Nos pareció una tecnología impresionante, en España, y menos en Galicia, teníamos de eso en aquel momento. ¿por qué os cuento esto?... Porque el otro día tuve que ir a Vigo, el día de las grandes inundaciones en la ciudad, hubo muchos cortes, accidentes, árboles caídos, atascos etc etc... Tuve que coger la autopista, cuatro peajes, con sus cuatro colas de pago, bajo la lluvia y yo con el justito tiempo de llegar al médico, así que, lo he decidido, voy a hacerme con una de esos dispositivos de telepeaje.De momento he encontrado este aparato llamado MediolanumViaT tiene muy buena pinta, y debo hacerme con una de estas ya!!, porque nunca se sabe cuando te va a hacer falta. Es un dispositivo que pones en la luna del coche y a tirar millas. Me va a ser muy útil. No se si vosotros tenéis este aparato Mediolanum ViaT, si lo tenéis, u otro me contáis que tal os va con el. Porque aunque hoy por hoy, el estilo de viaje ha cambiado, quien sabe, a lo mejor, dentro de unos años, me veo en una situación parecida, esta vez, con mi mujer y mis hijos, y ya se sabe, para los hijos, papá es el más fuerte y el más listo, incluso, capaz de hacer magia y abrir las vallas desde la distancia.... ya me diréis. Un abrazo
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Si usas a menudo la autopista es muy útil ya que pasa rápido sin demorarte haciendo colas.
ResponderEliminarsaludos desde
Siempre será primavera
y desde
Siempre es primavera
Ya que tienes niños en edad escolar no dejes de leer mi entrada sobre purpurina, brillantina,...
Yo no conduzco...
ResponderEliminarSe que mi hija lo usa porque tiene que utilizar la autopista todos los días y está encantada
ResponderEliminarMe hiciste reir y la vez sufrir xd como es posible
ResponderEliminarun abrazo
Pues si te hacen más cómoda la vida, bienvenido este instrumento tecnológico! Un abrazo, :))
ResponderEliminarUn vieja muy ajetreado pero cuando se es joven eso no importa y se pasa muy bien ante cualquier circunstancia. Lo de la vía T está muy bien, nosotros la teníamos instalada en el coche desde hace tiempo y eso de no parar en ninguna autopista es una gran ventaja, ahira ya no nos hace falta pues ya mi marido desde marzo de este año no puede conducir y yo me niego también ya que nunca me gustó y vivir sin coche no nos ha supuesto ningún problema.Saludos
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